Demasiado marketing en la Industria Farmacéutica

El debate

La Industria Farmacéutica es un sector tan poderoso y necesario al mismo tiempo, que todo lo que le rodea genera polémica. Ya sólo la tabla que adjunto, realizada por Ifarma, deja claro que en el mundo farmacéutico algo falla. Sin vacuna aún para los grandes males de nuestra sociedad, parece que falta investigación y que sobra mucho marketing.

Uno de los problemas es el de las patentes. Se permiten las patentes farmacéuticas para incentivar la investigación, lo cual en principio es lógico: si los ingresos futuros que compensan los grandes costes de I+D no están asegurados, pocas empresas podrían permitirse inventar nuevos medicamentos. Lo que pasa es que los grandes beneficios que generan las patentes se invierten en un gran porcentaje en marketing. Esto provoca cada vez más concentración de empresas (los 5 mayores laboratorios acaparan el 25% de la producción mundial) y menos posibilidades de éxito para las empresas pequeñas.

Es más, el hecho de que exista patente encarece tanto los medicamentos, que gran parte de la población mundial no puede acceder a ellos por su coste. Sólo con los genéricos se podría salvar a gran parte de los enfermos de los países más pobres. Pero claro, volvemos a lo de siempre, no hay genéricos si no hay grandes y costosas investigaciones antes.

Otro de los problemas es parecido al de la obsolescencia programada que comenté aquí: la mayoría de investigaciones, según he leído, no van encaminadas a prevenir las enfermedades, sino a curarlas. Dan mucho más dinero los anti-retrovirales que la vacuna contra el SIDA, por ejemplo. De esta forma, no se le da al consumidor lo que quiere, sino lo que beneficia más a la industria.

Más problemas: las empresas farmacéuticas no investigan lo que no les interesa. Apenas se investiga si se trata de una enfermedad poco común ni si es una exclusiva del tercer mundo. La solución pasaría por ayudas por parte de los gobiernos, pues entiendo que si los números dan pérdidas, las empresas no van a comprometerse.

Lo que sí que hacen es incentivar la prescripción de una manera asediante. Es increíble la cantidad de regalos que reciben los médicos, llegando incluso a ofrecer viajes simplemente por recetar una marca. Esto no lo vería tan mal si no fuera porque es dinero que no se invierte en I+D.

Las empresas son empresas, no ONG, y es lógico que miren por su beneficio. Son los gobiernos los encargados de regular un sector polémico e imprescindible. Aquí la "mano invisible" de Adam Smith no genera un mercado eficiente,  genera unos graves costes sociales.

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